Los partidarios de los psicodélicos llevan años pregonando sus beneficios. Sin embargo, hasta ahora, las pruebas de ese potencial han sido en gran medida anecdóticas. Y la investigación sobre cómo estas sustancias alteran realmente el cerebro es aún más escasa. Las opiniones conservadoras y las estrictas regulaciones han reducido al mínimo los estudios clínicos.
Sin embargo, las opiniones están empezando a cambiar lentamente. Las principales instituciones educativas, desde la Universidad John Hopkins hasta el Imperial College de Londres, están impulsando esta revolución. Con la MDMA en camino de convertirse en un tratamiento aprobado para el TEPT y la psilocibina siguiendo una trayectoria similar para la depresión, las actitudes tradicionales hacia las drogas están cambiando. Este renacimiento psicodélico tiene el poder no sólo de descubrir nuevas formas de pensar, sino también de revelar una serie de potentes herramientas para ayudar a abordar la crisis mundial de salud mental.
La Universidad de Yale es otra prestigiosa organización que participa en este movimiento. El5 de julio de 2021, la universidad publicó sus hallazgos sobre los efectos de la psilocibina en las conexiones neuronales. La ciencia ya ha demostrado que el estrés y la depresión severos pueden reducir dichas transmisiones, y se emplean sustancias, como los antidepresivos, para contrarrestar el problema provocando nuevas conexiones. ¿Podría la psilocibina, el elemento psicoactivo que se encuentra en las setas mágicas y las trufas, añadirse a esa lista de sustancias? El equipo de Yale cree que sí.
Dirigidos por el autor principal, Alex Kwan, y el primer autor, Ling-Xiao Shao, los investigadores estudiaron el crecimiento de las espinas dendríticas en ratones mediante microscopía de barrido láser. Mediante imágenes de alta resolución, el equipo rastreó durante varios días las espinas dendríticas, es decir, las pequeñas protuberancias de las células nerviosas que ayudan a transmitir información en la corteza frontal medial.
El estudio reveló que la administración de una sola dosis de psilocibina produjo un aumento inmediato y duradero de las conexiones neuronales. En 24 horas, registraron un aumento de las espinas o conexiones en aproximadamente un 10%. Además, aparte del número, la droga también hizo que las espinas fueran más grandes, también en un 10%. Este aumento de tamaño y frecuencia significaba que las nuevas conexiones eran también mucho más fuertes.
Sin embargo, el descubrimiento más sorprendente fue el hecho de que estos cambios estructurales seguían presentes un mes después de la administración, lo que apoya la teoría de que los psicodélicos producen beneficios a largo plazo. Aparte del efecto sobre las conexiones neuronales, los ratones también experimentaron una mayor actividad de los neurotransmisores y mostraron un mejor comportamiento cuando fueron sometidos a estrés.
Los resultados demuestran, sin duda, el potencial de la psilocibina para inducir efectos positivos de acción rápida y duradera. Dado que la depresión afecta a millones de personas en todo el mundo y que los antidepresivos no ofrecen una solución fiable, estos resultados son muy prometedores para el futuro de la atención sanitaria.